jueves, 8 de abril de 2010
LA EDUCACIÓN: EL DERECHO A ELEGIR CÓMO SER
En muchos países del mundo, gran cantidad de hombres y mujeres, niños y jóvenes, ni siquiera pueden elegir entre el analfabetismo y la instrucción. La pobreza material no da opción. La educación pública es un derecho a exigir.
En Cuba, afortunadamente, eso no es un problema. Se han hecho grandes esfuerzos para que la instrucción pública llegue a todos. El problema aquí es otro: los cubanos no podemos elegir el enfoque filosófico, los métodos pedagógicos, la orientación religiosa, ni el tipo de escuela que queremos para nuestros hijos.
A cambio de masividad hemos abandonado la responsabilidad personal de educar. A cambio del acceso gratuito a la instrucción no hemos ejercido la libertad de elegir el tipo de educación. Y cuando expresamos que esto es un problema se nos dice que debemos dar gracias por la oportunidad de poder estudiar gratuitamente. A cambio de la gratuidad hemos descuidado la calidad.
La gratuidad tiene un precio en Cuba: agradecer y ser fieles. Agradecer está bien, es bueno ser agradecidos y ser ingratos es una forma de miseria humana. Pero la ayuda que crea dependencia no libera, sino encadena; ata con lazos invisibles y más crueles por ser sutiles; cambia libertad por seguridad. Convierte al hombre en prisionero de su miedo a perder las pocas seguridades que le vienen dadas. Supervivir y tener algo es preferible para muchos que asumir las riendas de su vida con independencia, porque siempre supone riesgo.
No desearíamos las brutales desigualdades que se viven en otros sistemas y países. Pero las desigualdades están viniendo de todas formas y no a cambio de mayor libertad y responsabilidad sino impuestas por mecanismos económicos que nos colocan ante lo peor del capitalismo y lo peor del socialismo. Lo peor del socialismo es la falta de libertad personal, la dificultad para elegir, no tanto lo que podemos hacer, sino lo que queremos ser. Lo peor del capitalismo son las injusticias sociales que engendran desigualdad.
Lo esencial del problema de la educación en Cuba no es el acceso a la instrucción sino la falta de pluralismo dado su carácter ideológico único y excluyente. En otras palabras: si es verdad que todos tienen acceso a la instrucción, los padres no pueden elegir libremente el tipo de educación que creen mejor para sus hijos.
Al escribir esto recordamos estas palabras del Papa Juan Pablo II en Santa Clara: "Los padres, al haber dado la vida a sus hijos, tienen la gravísima obligación de educar a la prole y, por consiguiente, deben ser reconocidos como los primeros y principales educadores de sus hijos... Por tanto, los padres sin esperar que otros le reemplacen en lo que es su responsabilidad, deben poder escoger para sus hijos, el estilo pedagógico, los contenidos éticos y cívicos, y la inspiración religiosa en los que desean formarlos integralmente. No esperen que todo les venga dado." (Homilía en Sta. Clara, no.6)
Elegir el estilo pedagógico es, por ejemplo, poder optar entre una educación paternalista y manipuladora y una pedagogía liberadora y respetuosa de la dignidad y los derechos de la persona.
La educación paternalista garantiza que todos los "alumnos-hijos" reciban del "Estado-padre" una instrucción segura cuya finalidad es repetir y continuar en los hijos ideas y actitudes idénticas a las de los mayores; esto también ocurre en el ámbito de una familia autoritaria, o una institución religiosa paternalista o no participativa. Una correa de transmisión que impulsa y reitera el mismo movimiento al mismo ritmo. No educa personas sino máquinas repetidoras. Asegura fidelidad ciega o ingenua, pero convierte a los ciudadanos en una carga para el Estado, la Iglesia y la familia, en una masa amorfa y sin voluntad que hace de la desidia un estilo de vida cotidiano.
La educación paternalista y manipuladora es seguridad para hoy e incertidumbre para mañana, porque cuando toque decidir con cabeza propia en el momento en que no se tenga la tutela de arriba, se cae fácilmente en la indecisión y la corrupción.
La educación liberadora y pluralista, en cambio es riesgosa e insegura hoy y garantía de la adultez cívica y la autonomía de las personas y de la sociedad civil mañana. Riesgo del niño que comienza a dar los primeros pasos, pero todos sabemos que sin correr este riesgo nadie sabría hoy caminar con sus propios pies. ¿De qué nos asombramos cuando vemos personas y grupos postrados moral y socialmente?
La educación liberadora no es apertura al libertinaje sino a la responsabilidad personal y social. Sólo el que es libre de elegir puede asumir la responsabilidad de su actuación. La educación pluralista no es apertura al relativismo moral y al "todo vale", es descubrir la riqueza de la diversidad y respetarla como garantía del aprecio a los derechos de cada persona.
Cada padre y madre cubanos tiene el derecho de elegir entre estos dos estilos pedagógicos, que es como elegir entre un hijo-robot pero que no tiene problemas y un hijo adulto y libre con el riesgo de serlo.
Elegir el contenido ético y cívico de la educación es otro de los derechos que los padres cubanos no debemos dejar a la voluntad de otros. Se trata de que la educación va más allá de la instrucción y al llegar a la transmisión de valores y actitudes se está jugando la vida de las personas que se educan. Ciertamente los maestros y los padres forjan el carácter de los hijos y alumnos, pero los padres tienen el derecho de elegir el molde y el cincel, así como al herrero que lo ayudará a completar la forja que empieza en casa.
Lo peor es que no exista, como durante mucho tiempo ha pasado en Cuba, ni molde ni cincel. No estamos hablando sólo de que la asignatura Moral y Cívica fuera eliminada de nuestros programas como lo ha sido, sin tener hoy todavía regreso pleno, pues lo que existe es insuficiente y totalmente ideologizado. Estamos refiriéndonos a que se destruyó como "burguesa" la fragua que moldeaba el carácter de los niños y jóvenes pero no se logró edificar un nuevo ambiente favorable a la educación ética. Esa es la raíz de la pérdida y crisis actual de valores que está reconocida francamente hasta en la prensa oficial.
Se trata de enseñar para la vida y no sólo para coger la Escuela Vocacional o una carrera. Se trata de facilitar un ambiente favorable, se trata de aprender a hacer un proyecto de vida, una escala de valores, una opción fundamental y entrenarnos para ser coherentes con ese proyecto. El Papa lo dice en su Mensaje a los Jóvenes cubanos: "El mejor legado que se puede hacer a las generaciones futuras es la transmisión de los valores superiores del espíritu. No se trata solo de salvar algunos de ellos sino de favorecer una educación ética y cívica que ayude a asumir nuevos valores, a reconstruir el propio carácter y el alma social sobre la base de una educación para la libertad , la justicia social y la responsabilidad." (no.4)
Cada padre y cada madre cubanos tiene el derecho a elegir estos contenidos éticos y cívicos que es lo mismo que elegir entre unos hijos dependientes y sin voluntad o unos hijos que puedan ser protagonistas de su historia personal y social.
Elegir la inspiración religiosa de la educación es el tercer aspecto del derecho que deben gozar y ejercer las familias cubanas. Y en este aspecto habría mucho que aclarar. Cuando hablamos de inspiración religiosa no necesariamente estamos hablando de colegios religiosos. En esto, como en lo anterior, hay diversidad de opciones y caminos:
Está la escuela religiosa, propiedad de la Iglesia o de una congregación religiosa, en las cuales las monjas o frailes ya no necesariamente tienen que administrar o dirigir sino ser testimonio y presencia animadora, dejando a los laicos y otras personas de buena voluntad la dirección del colegio o la universidad y otras funciones más propiamente laicales.
Está la escuela pública o del Estado en la que pueden y deben tener acceso para enseñar o dirigir laicos y religiosas con el mismo derecho y deberes de los restantes profesores. En ellas puede haber, opcionalmente, clases de religión y de moral según el criterio de los padres y de los mismos alumnos.
Está la escuela privada no religiosa, o no confesional, donde también los padres y alumnos pueden optar por clases de religión o formación ética según las creencias de sus familias.
En todas ellas pueden compartir el proyecto educativo personas creyentes y no creyentes sin tener que aferrarse a un modelo único y excluyente o sectario de enfoque filosófico o religioso, ideal para todos los alumnos y profesores. Esta es la diversidad . Es el pluralismo educativo, que de ninguna manera puede confundirse con el caos pedagógico, ni con la indiferencia filosófica ni con el permisivismo moral o el sincretismo religioso.
Cada padre y madre cubanos tiene el derecho y el deber de escoger entre estas y otras formas de garantizar la inspiración religiosa o atea de la educación de sus hijos.
Fijémonos que se habla de inspiración religiosa y no de clases de religión o catecismo solamente. La diferencia está en que la inspiración religiosa cubre, orienta y penetra toda la actividad educativa y las clases de religión son un momento puntual y formal en la actividad docente. No son excluyentes pero no se puede reducir la inspiración a clases u otras actividades religiosas.
La educación en un Estado laico debe permitir a los padres hacer estas tres opciones. No hacerlo es no sólo impedir la diversidad del quehacer pedagógico, sino violar el derecho sagrado de que cada familia y cada persona pueda elegir cómo quiere ser, que tipo de ser humano desea ser. En esto radica la gravedad de este tema y la urgencia para solucionarlo en Cuba.
El argumento de que reconocer este derecho no permitiría a personas o iglesias menos favorecidas o minoritarias tener acceso a medios e instituciones educativas es como pretextar que no se introduce la computación porque no todos los ciudadanos tienen una computadora personal., o que no se harán más transmisiones de televisión porque todos no tienen televisor. El deber del Estado laico es diversificar la educación y crear las condiciones para facilitar a las minorías el acceso a este derecho universal.
En Cuba la historia ha demostrado que los dos extremos son despersonalizantes: ni colegios privados excluyentes o discriminatorios por razones de raza o economía, ni una escuela única en su orientación filosófica e ideológica excluyente o discriminatoria por razones políticas, religiosas o de opinión.
Esto no desconoce los logros de la instrucción y las inversiones hechas por el Estado en Cuba durante estas últimas casi cuatro décadas. El asunto está en el resultado de esas inversiones materiales y de esa instrucción. Recordamos las palabras del Papa en este sentido: "las estructuras públicas para la educación, la creación artística, literaria y humanística y la investigación científica y tecnológica, así como la proliferación de escuelas y maestros, han tratado de contribuir a despertar una notable preocupación por buscar la verdad, por defender la belleza y por salvar la bondad: pero han suscitado también las preguntas de muchos de ustedes: ¿por qué la abundancia de medios e instituciones no llega a corresponder plenamente con el fin deseado?
La respuesta no hay que buscarla solamente en las estructuras, en los medios, en el sistema político o en los embargos económicos que son siempre condenables por lesionar a los más necesitados. Estas causas son solo parte de la respuesta, pero no tocan el fondo." (Mensaje a los jóvenes cubanos, no.2)
El mismo Santo Padre propuso, en el Aula Magna de la Universidad de la Habana, cuál es la respuesta de fondo del problema de la educación en Cuba, cuando recordó que el Padre Varela "maestro de generaciones de cubanos, enseñó que para asumir responsablemente la existencia lo primero que se debe aprender es el difícil arte de pensar correctamente y con cabeza propia". (no.4)
Es esto lo que está en debate cuando hablamos del derecho a elegir la educación de los hijos.
Pero no debemos quedarnos en el análisis de la realidad. Debemos proponer soluciones, proyectos, salidas respetuosas para todos. Ningún estado tiene derecho a imponer un tipo único de educación, ni la Iglesia puede imponerlo, ni ningún otro grupo social.
El Papa nos vuelve a proponer un camino: "... en el proceso de construir un futuro "con todos y para el bien de todos" como pedía Martí. La familia, la escuela y la Iglesia deben formar una comunidad educativa donde los hijos de Cuba puedan crecer en humanidad. No tengan miedo, abran las familias y las escuelas a los valores del Evangelio de Jesucristo, que nunca son un peligro para ningún proyecto social" (Homilía en Santa Clara no.4)
Esta fue la primera frase del Papa que el pueblo cubano ovacionó en Santa Clara. Todos sabemos su importancia. Pero, quizá, no todos hemos comprendido cómo podemos llevar a la práctica esta comunidad educativa. La Iglesia debe prepararse para entrar en ella con su riqueza espiritual pero sin pretensiones hegemónicas. El Estado debe abrir espacios legales para estas comunidades educativas y otras iniciativas que hagan realidad en Cuba el derecho al pluralismo de opciones pedagógicas. La familia debe prepararse para poder asumir su papel principal en este proceso.
Crecer en humanidad es el objetivo de toda educación. Cuba debe abrirse a estas iniciativas pedagógicas, éticas y cívicas, para que sus hijos crezcan como personas que sean protagonistas de su vida, de su familia, de esta Nación.
Recordemos que cuando el Padre Varela comprendió que no se podía hacer nada más para alcanzar la libertad de Cuba "se dedicó a formar personas, hombres de conciencia, que no fueran soberbios con los débiles ni débiles con los poderosos... generando de ese modo una escuela de pensamiento, un estilo de convivencia social y una actitud hacia la Patria que deben iluminar, también hoy a los cubanos." (Discurso del Papa al mundo de la cultura. No. 4)
No nos engañemos: con una única opción educacional el carácter de los jóvenes se debilita en la rutina, no se enriquece la vida en el debate, se deshumaniza el alma de la nación por el tedio existencial del monolitismo ideológico; y sin un sistema educacional donde haya posibilidad real de acceso a alguna inspiración religiosa, se seca el espíritu humano "porque nada en él alimenta la virtud" (José Martí).
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3 comentarios:
Alvaro: Te felicito por este extraodinario articulo.Has abordado el tema sublime y propagandistico de la "Rovolucion" Has dejado al descubierto el mito de la educion en Cuba. Y eso que no abordaste el tema de las escuelas en el campo, como medio de corrupcion y explotacion, asi como el mito de gratuidad.
Aqui, muchos me dicen: pero la salud y la educcion en Cuba son gratis. Y les digo: Aqui tambien son gratis, sin tanta propaganda y sin idelogizacion.
Y le comienzo a decir todo lo que tienen que hacer los ninos antes de comenzar las clases y las visisitudes que se pasan para ir a un hospital, etc. Aqui la idea que existe sobre Cuba es que es un paraiso.
Tengo amistad con una periodista que trabaja en la radio y pienso hcer un programa sobre Cuba.
Te saluda: Pedro
Para Alvaro: Muy coherente tu escrito. Sin embargo la parte de la educacion religiosa y las asignatura civicas y moral no son tan importante si la escuela tiene un curriculum que satisfaga la instruccion de los estudiantes.La familia es mas eficaz en aplicar estas "asignaturas'en casa sin la necesidad de incurrir en sobre carga en el presupuesto para la educacion y en aliviar el aburrimiento de los alumnos en estas clases. La Biblia es un documento religioso y ademas historico, creo que ayudaria mucho introducir en las asignaturas afines a la historia, bibliografias de referencias tratados en este documento. Criar y educar a los hijos bien, va mucho mas alla de las fronteras religiosas.No todos asumimos que la verdad esta en el Evangelio, que derecho le quedaria al ateista, al Budista o al Musulman?. Yo vivo en un pais dividido por una misma religion, donde los colegios catolicos han sido atacado por los Protestantes y donde los Musulmanes van a cualquier colegio pero no se mezclan ni con los catolicos ni con los protestantes, y muchos cristianos sensillamente no asistenten a las clases de catesismo. La religion en las escuelas es cadente y clasista.La base de toda sociedad es la familia, la escuela es donde aprendes, descubres y desarrollas tus vocaciones.De todas forma defiendes tu punto de vista muy elocuente.
Pedro Diaz: Si quieres hacer un programa sobre Cuba no te hace falta una amiga periodista. Lo unico que necesitas es una camara, (la del celular vale)de $60,un par de shorts, camiseta y boleto de avion para Cuba. Ah, como se que no te vas a meter en problemas filmando cosas de periodista serio, por ejemplo entrevistando en el malecon a las damas de blanco o a los disidentes en Cuba, puedes comprar tu boleto de ida y vuelta.Que para filmar las mariposas y la playa no te haran lio. Pero si vas a ser serio compra solo un boleto de ida, y tira desde alla. Apoya a los periodistas voluntarios que viven en Cuba y hablan de cosas serias. De lo contrario te voy a creer como creo el periodismo de Carlos Otero.
Para Alvaro: Muy coherente tu escrito. Sin embargo la parte de la educacion religiosa y las asignatura civicas y moral no son tan importante si la escuela tiene un curriculum que satisfaga la instruccion de los estudiantes.La familia es mas eficaz en aplicar estas "asignaturas'en casa sin la necesidad de incurrir en sobre carga en el presupuesto para la educacion y en aliviar el aburrimiento de los alumnos en estas clases. La Biblia es un documento religioso y ademas historico, creo que ayudaria mucho introducir en las asignaturas afines a la historia, bibliografias de referencias tratados en este documento. Criar y educar a los hijos bien, va mucho mas alla de las fronteras religiosas.No todos asumimos que la verdad esta en el Evangelio, que derecho le quedaria al ateista, al Budista o al Musulman?. Yo vivo en un pais dividido por una misma religion, donde los colegios catolicos han sido atacado por los Protestantes y donde los Musulmanes van a cualquier colegio pero no se mezclan ni con los catolicos ni con los protestantes, y muchos cristianos sensillamente no asistenten a las clases de catesismo. La religion en las escuelas es cadente y clasista.La base de toda sociedad es la familia, la escuela es donde aprendes, descubres y desarrollas tus vocaciones.De todas forma defiendes tu punto de vista muy elocuente.
Pedro Diaz: Si quieres hacer un programa sobre Cuba no te hace falta una amiga periodista. Lo unico que necesitas es una camara, (la del celular vale)de $60,un par de shorts, camiseta y boleto de avion para Cuba. Ah, como se que no te vas a meter en problemas filmando cosas de periodista serio, por ejemplo entrevistando en el malecon a las damas de blanco o a los disidentes en Cuba, puedes comprar tu boleto de ida y vuelta.Que para filmar las mariposas y la playa no te haran lio. Pero si vas a ser serio compra solo un boleto de ida, y tira desde alla. Apoya a los periodistas voluntarios que viven en Cuba y hablan de cosas serias. De lo contrario te voy a creer como creo el periodismo de Carlos Otero.
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